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Degeneración macular relacionada a la edad: ¿Nueva epidemia?

 
Dr. Jose Dalma
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Hasta hace algunos años poca gente había escuchado de esta enfermedad. Una afección de los ojos que, debido a un envejecimiento anormal de la retina, esta se deteriora en su porción central causando la disminución progresiva de la visión.

Se estima que hoy en día la cantidad de personas que sufren de algún grado de este padecimiento en Estados Unidos es de dos millones de personas. Este padecimiento se vuelve más común a medida que la población envejece. Desgraciadamente en México no tenemos estadísticas confiables pero aparentemente la situación es similar. ¿Por qué se escucha más de ella? La gente vive más tiempo y últimamente se han descubierto tratamientos eficaces para algunos tipos de degeneración macular. Esto la hace estar en boca de todos.

La retina es una membrana fina que cubre el interior del ojo a manera de un papel tapiz. Es el tejido responsable de captar la luz y traducirla en impulsos nerviosos que el cerebro puede interpretar dándonos la “visión”. Existe una parte especial de la retina, la porción central que está diseñada para reconocer detalles. Con ella podemos leer, hacer trabajo delicado y ver los rasgos para reconocer una cara. Esto es lo que conocemos como “mácula”. La mácula es un tejido conformado por varias capas de células muy especializadas en recibir y transmitir los impulsos luminosos. Una de estas capas se conoce como epitelio pigmentado de retina. Está conformada por células que se dedican a dar mantenimiento y nutrición a otras capas de la retina. Estas células mantienen un metabolismo muy alto y dependen de su integridad anatómica para su adecuado funcionamiento.

A medida que pasan los años, las células del epitelio pigmentado se vuelven menos eficientes y algunos de sus materiales de desecho se empiezan a acumular en la retina. Estos grumos los conocemos como “drusas”. A medida que se acumula este material las células de la retina comienzan a morir, la retina muestra zonas de atrofia. A esto llamamos degeneración macular relacionada a la edad de tipo seca. Si estas zonas abarcan la parte de visión central, la mácula, la visión puede disminuir progresivamente en el centro perdiendo poco a poco la capacidad de leer o reconocer la cara de la gente. La visión se puede volver más opaca, menos colorida.

En ocasiones este proceso degenerativo se acompaña de la formación de pequeños vasos sanguíneos que comienzan a crecer por debajo de la retina. Estos vasos no son normales, son frágiles, dejan salir líquido y sangran fácilmente. Esto puede causar una baja de visión más rápida y dramática formando cicatrices que desorganizan el tejido macular en forma definitiva impidiendo su funcionamiento adecuado. Esto se manifiesta visualmente dando visión distorsionada, manchada o borrosa.

Probablemente el principal factor que determina la aparición de esta degeneración es la genética. Existe una predilección por afectar a personas originarias del norte de Europa aun cuando se presenta en cualquier raza. Es un poco más común en mujeres (probablemente porque viven más tiempo). El otro factor importante que establece su aparición es el tabaquismo. La gente que fuma tiene mucho mayor riesgo de presentar esta enfermedad. Es el único factor que podemos modificar para disminuir en forma importante la incidencia y severidad de este problema. El llevar una dieta baja en grasas y el hacer ejercicio para mantener un sistema circulatorio sano favorecen la buena evolución. El uso de multivitamínicos y antioxidantes así como de protección de la luz del sol y rayos ultravioleta probablemente también ayudan a retardar el envejecimiento de la retina.

Para hacer el diagnóstico no basta una revisión superficial del ojo. Se requiere un examen de la retina con la pupila dilatada hecho por un oftalmólogo. En ocasiones es necesario realizar otro tipo de estudios para clasificar la enfermedad: la fluoroangiografía y la tomografía de coherencia óptica (OCT). Los dos son estudios que nos proporcionan imágenes de la mácula y datos sobre la presencia de líquido y vasos anormales.

La degeneración macular relacionada a la edad no es una enfermedad que lleve a la ceguera. Se puede perder la visión central, la capacidad de leer y ver detalles pero habitualmente se conserva la visión suficiente para caminar, comer, vestirse y otras actividades cotidianas. En casos no muy severos se puede ayudar a ciertas actividades con lupas o aparatos electrónicos que permiten leer.

Aun cuando se están realizando estudios en todo el mundo para tratar de encontrar un remedio aún no existe un tratamiento útil para revertir el daño causado por la degeneración macular de tipo seca. La terapia con “células madre”, tan publicitada actualmente, no ha demostrado beneficio alguno a la fecha.

Para la degeneración macular de tipo húmeda la historia ha sido diferente.

Hasta hace algunos años el único tratamiento útil conocido era el tratamiento con láser para cauterizar los nuevos vasos. Desgraciadamente con frecuencia se lastimaba el mismo tejido que tratábamos de salvar. Hace algunos años apareció la terapia fotodinámica. Un tratamiento que demostró disminuir la pérdida de visión a largo plazo.

En el año 2005 se descubrió un tratamiento que podía no solo disminuir la pérdida de visión sino recuperar parte de la visión perdida si se hacía en forma temprana: los anti-angiogénicos. Se refiere a una familia medicamentos diseñados para suprimir la formación de vasos sanguíneos nuevos. Los efectos benéficos han sido dramáticos en personas en quien se detecta la enfermedad en forma temprana. Desgraciadamente los efectos son temporales y se requieren de inyecciones periódicas para mantener el efecto.

En ocasiones la enfermedad a llegado a etapas avanzadas donde no es posible ya revertir la baja de visión. Es importante recordar que esta enfermedad no produce ceguera. La visión periférica se mantiene y puede ser entrenada para usarse de la manera más eficiente posible. Esto requiere esfuerzo y tiempo pero se puede lograr.

En resumen, la degeneración macular relacionada a la edad es un problema de salud visual importante y frecuente en gente adulta mayor. Algunas de sus efectos son reversibles si se identifican a tiempo. Hemos logrado avances muy importantes en el tratamiento en los últimos años. Esperamos pronto poder ofrecer mejores opciones de prevención y tratamiento para mantener una buena calidad de vida.

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