Catarata
marzo 31, 2023

Glaucoma

 
Dr. Jose Dalma
marzo 31, 2023

El ojo es parecido a un globo que requiere de cierta presión para mantenerse “inflado”. Esta presión se da por la producción del humor acuoso (un líquido transparente que se forma adentro del ojo y sale de éste por una “coladera” llamada el trabéculo).

La diferencia entre la cantidad de líquido que se produce y la que se drena da la presión del ojo (presión intraocular). Cuando esta presión aumenta al grado de causar daño al ojo, existe un padecimiento llamado glaucoma.

La presión intraocular generalmente aumenta porque el drenaje de humor acuoso es deficiente. La causa de esta deficiencia es muy variable pero la herencia juega un papel importante. Otras causas pueden ser alteraciones anatómicas, de nacimiento, traumatismos, inflamación, medicamentos (cortisona), cirugía ocular previa, crecimiento de vasos sanguíneos anormales, etc. Esta presión alta va causando daño paulatino y progresivo al nervio óptico (el nervio que conecta al ojo con el cerebro) al punto de afectar la transmisión de las señales de visión al cerebro.

Desgraciadamente la gran mayoría de los glaucomas cursan sin síntomas hasta etapas muy avanzadas, cuando se nota una disminución en el campo visual (generalmente empezando por la visión periférica) y, finalmente, la pérdida de la visión central. Por eso la revisión rutinaria por el oftalmólogo es importante (por lo menos anual después de los 40 años de edad). Si el alza de presión es repentina y severa se puede presentar dolor, visión borrosa, ver colores rodeando las luces (como arcoiris) y nausea.

Un examen ocular completo incluye la toma de la presión intraocular y la revisión del nervio óptico.

Si el oftalmólogo sospecha que puede existir glaucoma por lo general se obtiene un estudio de campo visual para verificar si existe daño a nivel del nervio óptico. Existen varios métodos para realizar este estudio pero todos se basan en hacer un “mapa” de la visión de cada ojo. En ocasiones se obtienen fotografías del nervio óptico. Con esto el oftalmólogo decidirá si existe o no glaucoma. Si el paciente presenta presión alta sin daño aparente, se recomienda repetir el examen periódicamente para que, en caso de presentar daño del nervio óptico, pueda darse un tratamiento oportuno.

En una minoría de pacientes estos medicamentos no son suficientes y se puede recurrir al tratamiento con láser e inclusive a la cirugía para tratar de crear una vía de drenaje alterna para bajar la presión.

El tratamiento del glaucoma se hace para tratar de detener la progresión del daño causado por la alta presión. Desgraciadamente el daño ya establecido no es reversible. Este tratamiento se basa, en un principio, en el uso de medicamentos en forma de gotas para los ojos. Se puede iniciar con un solo medicamento y agregar otros cuando sea necesario para el control adecuado de la presión. La gran mayoría de pacientes con glaucoma se controlan a base de estos medicamentos. Algunos de ellos pueden producir efectos incómodos como ardor al colocarse, ojos rojos, disminución de la visión de noche, cambio en la graduación de lentes, dolor de cabeza, etc. Muchos de estos efectos son pasajeros. En ocasiones se requiere el uso de medicamentos en forma de pastillas.

El glaucoma es una enfermedad en la que el ojo se puede dañar por alta presión en su interior. Puede cursar sin síntomas pero es detectable con exámenes oftalmológicos rutinarios y generalmente es tratable con medicamentos.
Este sitio web utiliza cookies para mejorar tu experiencia. Al usar este sitio estás de acuerdo con nuestra Política de Privacidad.